lunes, 11 de abril de 2011

LA ESCUELA VALENCIANA DEL TEBEO

Por J. M. Varona "Che"
Fotos: SebasEl 7 del actual dió comienzo la Mostra Cómic del presente año. La primera mesa redonda ha estado dedicada a la Escuela Valenciana del Tebeo con presencia de los ponentes -autores que formaron parte de dicha Escuela- José Lanzón Piera, Arturo Rojas de la Cámara, Alberto Marcet Aparicio y Enrique Cerdán Fuentes. La mesa contó con los moderadores Carlos Ciurana y Che.

Puede decirse que la historieta valenciana se inicia con el suplemento del Mercantil Valenciano “Los Chicos” que aparece por primera vez en 1929.

Podemos hablar de la Escuela Valenciana, una vez acabada la Guerra Civil, con la puesta en marcha de la Editorial Valenciana – fundada en 1932 por Juan Bautista Puerto Belda – que en 1941 que lanza con notable éxito los cuadernos de aventuras de Roberto Alcázar y Pedrín, y en 1943, los de El Guerrero del Antifaz; también la revista Jaimito, mas tarde lo fue Mariló y mas adelante, en 1955, Pumby a las que siguieron otras publicaciones como El Pequeño Luchador, El Hombre de Piedra, Comandos, Milton El Corsario, Super Pumby y muchas otras. En la cadena de aciertos fue fundamental la contratación, como director artístico, de José Soriano Izquierdo.

En 1951 entra en liza la Editorial Maga –que se articula alrededor de la figura de Manuel Gago- que es fundamental para la consolidación de la llamada Escuela Valenciana del Tebeo, aportando series de auténtico éxito: El Pistolero Justiciero, Pacho Dinamita, Pequeño Pantera Negra, Toni y Anita, Apache etc. Maga aguanta hasta 1965.

En ambas colaboraron (en una o en otra o en las dos) autores de la talla de Muro, Pertegás, Eduardo Vañó, Manuel Gago, Miguel Quesada, José y Leopoldo Ortiz, E. Segrelles, Luis Bermejo, José Grau, José Luis Macías, González Alacreu, Vicente Ramos, Matías Alonso, Ambrós, Palmer, Karpa, Palop, Serafín, Alamar, Liceras, José Sanchis, Carbó, Grema, Sifre, Edgar, Nin, Frejo, Castillo y los ponente de la mesa: Rojas de la Cámara, Lanzón, Marcet y Cerdán entre otros. La Escuela contó también con guionistas como Federico Amorós, Vicente Tortajada, Pablo Gago y Pedro Quesada.

En esa época, los profesionales solían trabajar sin contratos, sin seguridad social y sin reconocimiento de sus derechos de autor por lo que se producen reclamaciones, a todo esto hubo que añadir un endurecimiento de la censura (se prohíbieron la exhibición de armas en los tebeos) y la puesta en escena de otros medios de ocio como la televisión, por lo que la industria del tebeo entra en crisis y las editoriales empiezan a perder el peso que tenían.

Las editoriales en su intento de salvarse, se lanzan a las reediciones que fallan salvo honrosas excepciones, como es el caso de Editorial Valenciana que pone a la venta una última colección; la de El Justiciero Negro (1965) de Antonio Guerrero que tiene cierto éxito. Al tiempo se hacen intentos con novelas gráficas de autores extranjeros que tampoco terminan de funcionar. Aunque si hay algo que también tiene un moderado éxito, y es la publicación de la revista en formato vertical de Roberto Alcázar y Pedrin, 32 páginas en bitono con aventuras de Roberto dibujadas por Vañó y con historietas sueltas de Lanzón, Vicente Muñoz, Ambrós, Edgar, Palop y otros..

En los setenta hay un intento de salvar los trastos manteniendo determinadas colecciones, con reediciones o recurriendo una vez más al material extranjero, pero no es suficiente.

Hay un momento en que los profesionales empiezan a abandonar el barco, y los esquemas mantenidos con anterioridad se muestran fuera de lugar allá por 1980, apesar de los nuevos intentos de la Valenciana por mantenerse rellenando páginas a troche y moche, y reeditando otra parte de lo acumulado en sus inmensos archivos y, también, recurriendo a artistas noveles sin apenas experiencia. En ese tiempo empieza el contencioso de los autores contra la Editorial Valenciana en defensa de sus derechos, lo que termina de dar la puntilla a dicha Editorial que se ve obligada a cerrar en 1985.
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